Votán, un perrito muy cariñoso, tierno y fuerte. Vivió dos meses después de su diagnóstico. El último mes jugó, ladró y saltó como cualquier otro perrito, recibió muchos cuidados y atención, mimos y mucho amor , y nos dejó un impresionante mensaje de vida.
Este tiempo significó un milagro, tocó muchos corazones humanos, duros y tiernos, a todos los tocó y marcó de algún modo. Disolvió estructuras, nos liberó de ellas, nos enseñó lo que es el amor puro y verdadero. No creo que haya venido a sanar su corazón grande, estoy segura que vino a sanar nuestros pequeños, heridos, orgullosos y/o egoístas corazones.
Fue esperanza y fe, fortaleza y ternura...
Un gran corazón dentro de un pequeño ser luminoso.
Hoy juega, ladra y corre junto a su hermano Pacal en alguna verde pradera...
Eugenia - mamá de Votancito
enero 2010
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